En la actualidad los numerosos resultados científicos y la realidad social no dejan lugar a duda sobre el potencial de riesgo, para la salud y el bienestar humano individual y colectivo que genera el consumo frecuente de bebidas alcohólicas, siendo evidente además que los conocimientos, actitudes y patrones de ingestión de alcohol no se corresponde con la conciencia social a cerca del peligro que el consumo irresponsable provoca.
La utilización del alcohol por el hombre en forma de brebaje, se supone que data de los albores de la humanidad, cuando nuestros antepasados tuvieron la experiencia de beber el liquido resultante de la fermentación de agua de lluvia y algunas frutas en las irregularidades de los troncos de algunos árboles. La capacidad del hombre primitivo le permitió reproducir y obtener el preparado (Gonzáles 2002p-32).
Según la Biblia el consume del alcohol es recogido como la primera enfermedad u como segundo problema social (después del homicidio de Caín). La ingestión inicial con finalidades religiosa dio paso a su consumo colectivo con fines festivos.
El vino y la cerveza fueron conocidos desde la época de los egipcios (unos 5000años atrás) Hipócrates médico griego habló hace unos 2400 años de la locura alcohólica y en el año 800 de n.e. Rancés un químico árabe, descubrió lo que a postre aumentaría el poder dañino del toxico: la destilación.
En 1849 surgió el término alcoholismo gracias a Magnus Huss, un médico sueco que vivía en la época en que su país era el primer consumidor de alcohol en todo el mundo
En la actualidad existe un alcohólico por cada 8 persona, que han consumido bebidas alguna ves en su vida y la cifra de estas últimas llega aproximadamente al 70% de la población mundial, si excluimos los países islámicos.
En América Latina el alcoholismo afecta entre el 4 y el 24 % de la población adulta, lo que representa unos 30 millones de personas.
Varias publicaciones de forma aproximada platean que la mitad de los fallecidos en accidentes de trancitos, de los homicidios, violaciones y actos de violencias hogareñas se producen bajo los efectos del alcohol (González 2002).De igual manera se plantea que está demostrado que el alcoholismo como enfermedad disminuye la esperanza de vida en 12 años.
En Cuba, según estudios realizados, la cifra de dependientes alcohólicos en población mayor de 15 años ronda del 4%, cifra que consideramos elevada si se tiene en cuenta la política preventiva de las enfermedades y el sistema nacional de educación para la salud, en nuestro país rectorieado por el ministerio de salud publica y con el apoyo de todas las instituciones incluyendo los medios de difusión masiva.
En el municipio de candelaria varias informaciones ( Datos Estadísticos) relacionada con los ingresos sobre las ventas de bebidas alcohólicas, por diferentes unidades gastronómicas y centros festivos, así como la identificación por parte de salud publica y el orden interior (PNR) de los casos más notorios de alcoholismo, revelan que este territorio es un alto consumidor y específicamente el barrio " La Americana", el cual constituye el caso más crítico por lo que se convierte en el objeto de estudio de nuestra investigación, determinándose el impacto social negativo de esta toxicomanía en los diferentes grupos de personas de este barrio
El Consejo Popular Urbano "La Americana" se encuentra ubicado en la zona Sur del municipio de Candelaria, limita al norte con la avenida 35 al sur con la avenida 39 al este con la calle 48 y al oeste con la calle 58.
La población que vive en dicho Consejo Popular, mayor de 15 años es de aproximadamente 500 habitantes y menores de 15 es de 156.
En cuanto al consumo de alcohol este Consejo Popular, presenta según se puede observar un "alto consumo de alcohol", lo que se evidencia por la gran cantidad de personas que se aglomeran en sus calles con botellas y latas de cervezas consumiendo bebidas alcohólicas, incluso hasta los más jóvenes. Además que tradicionalmente este lugar ha sido considerado tradicionalmente como problema en cuanto a actos de violencias desencadenados por el alcohol y es por ello que hemos motivado nuestra investigación sobre las causas de este consumo desmedido.
Observamos el poco trabajo y ejecución de las diferentes actividades para detener este problema por parte de las diferentes organizaciones existiendo poca motivación al respecto.
Aunque con escasos recursos contamos con niveles educacionales, de salud, deporte, recreación y de trayectoria científica que permite disponer ya de profesionales capaces de acometer una acción de este tipo como el alcoholismo y realizar determinadas tareas sobre los problemas más importantes que permitan ir disminuyendo el nocivo hábito que frena el desarrollo del Consejo Popular y del bienestar de sus habitantes.
Aunque demore su solución se pueden ir sentando las bases para una política de transformación local basada fundamentalmente en estrategias que vincule educación y conocimiento como eje vertebrador de dicha política de desarrollo relacionado con la ciudadanía.